LA INSPECCIÓN DEL SR. AZNAR
Ayer conocimos que José María Aznar ha sufrido en carne propia una visita de la Inspección de Tributos. El motivo ha sido que cobraba determinadas rentas “de carácter personal” (parece que por la publicación de sus libros) en una sociedad, cuando según la Agencia Tributaria debería tributar por ello en el IRPF (es decir, a tipos del 45-56% y no del 25%).
Parece, por lo que leemos en prensa, que la sociedad de la familia Aznar pagó 200.000 € de Impuesto sobre Sociedades y la inspección entiende que debería haber pagado 346.000 € de IRPF (más 54.000 € de intereses y una sanción de 70.000 €). La factura total ha sido de 269.000 euros a pagar.
En principio podría sorprendernos que la Inspección no realice distinciones en sus “selectivas” visitas, pero la triste realidad no es esa, aunque nos lo quieran hacer pasar por una aparente imparcialidad de Hacienda.
En primer lugar, porque el ex presidente ha conseguido una audiencia previa con el Ministro de Hacienda, Sr. Montoro que le es vetada a la inmensa mayoría de contribuyentes.
En segundo lugar, porque sorprende el bajo importe de la sanción, por debajo del 50% de la cuota defraudada, especialmente si lo comparamos con los criterios de la inspección de tributos en Barcelona, donde en inspecciones similares (empleo de sociedades interpuestas) los criterios sancionadores se elevan al 125% y el 150%.
No apena el trato del Sr. Montoro al Sr. Aznar. Lo que me resulta discriminatorio es que los demás contribuyentes no tengan esos derechos: a una sanción contenida, y a un cara a cara con el Sr. Montoro (donde, como José María Aznar) decirle lo que pensamos de su labor.